Sobre la cima de un tejado,
bajo la cara de una noche,
un gato asoma al mundo.
Estira su negra pata
esperando engañar distancias
y alcanzar el blanco estambre
puesto arriba para él.
Mientras tanto, bajo el tejado,
sobre la cima de la noche,
tras la cara del mundo,
los amantes, en su búsqueda felina,
han hallado el camino cierto
y ya destejen la luna.