No podría narrar la historia de esta lluvia pues sospecho que es toda una cosmogonía. A pesar de que los meteorólogos se esfuercen por hacernos creer que todo es resultado de sistemas de baja presión y del memorizado ciclo del agua; yo sé que un fenómeno como éste, esta avalancha de cristales cortados de una nube, debe tener sus mitologías, sus imperios y su evolución, todo entre el firmamento y la tierra.
He decidido concentrarme en una sola gota, en ésta que ha caído frente a mí. La vida de las gotas es corta y se piensa que es fácil de trazar. Su camino es elegido por las corrientes que mecen el mundo sobre nuestras cabezas: ¿Caeré en diagonal o en vertical? Ésa parece la única pregunta existencial que podría tener una gota antes de salir de los muros del cielo. Sin embargo yo creo que hay mucho más envuelto en esa tensión superficial, que al contrario de lo que enseñan los dichos, en cada globo de agua hay un mundo diferente, una voluntad distinta, una vivencia y una comprensión propia de esa gravedad que los arrastra.
Creo que las gotas caen porque han pasado días gestando ilusiones y expectativas, inflamándose de sueños sobre un viaje tan antiguo como la materia que las compone y creo que al desprenderse de su altura, al salir de su enorme ciudad flotante, cada una lleva una inercia que le otorga más significado a la caída libre. Es la espera concentrada lo que las acelera, es la incertidumbre pues la pregunta real, la más importante es: “¿Dónde caeré? Quizás tenga un propósito y caiga en una hoja de un árbol o en la hierba, quizás retorne a los grises pesados cayendo en el asfalto, quizás me estrellé contra una ventana y pase mis últimos minutos viendo un mundo interno, una mirada perdida, una melancolía plateada; o quizás, sólo quizás me encuentre conmigo en un río, en un lago, en un estanque o en un charco.”
Una vez que entendemos así a la lluvia, nos damos cuenta de que nuestra historia tiene mucho de la suya, por eso el recuerdo, por eso la nostalgia, por eso los paraguas e impermeables.
Yo he decidido encontrar la historia secreta de una sola gota, de ésta que ha caído en tu frente justo donde yo he puesto mis labios, de ésta que muy probablemente ha seguido su camino siempre esperando, sin saberlo, tocar esta pequeña superficie que será entonces sólo suya. Quizás ha caído y ha vivido, al igual que yo, sólo para besar tu frente.
Muy buena reflexión, esto me parece una metáfora acerca de la cosmogonía comparada con la existencia de una gota de lluvia que es capaz, en cierto momento tener ilusiones y expectativa, se compara con la vida humana ya que nos hace reflexionar a través de una gota toda una vida humana.
Hermano, ni qué decir. De ti un sencillo «bien» sería una floresota. Gracias!
Es un pensamiento muy lindo, que nos lleva a reflexionar y comparar el significado de una gota con el ser humano, donde finalmente ambos tenemos vida.