En la cena, por debajo del mantel
no hay diálogo, complicidad, ni risas.
Las manos callan perdidas. Las de él
un piso arriba comen sin prisa,
las de ella, arrugan papel,
retienen llanto, esperan sumisas;
las de él, debajo de la piel,
cultivan arrugas, almacenan cenizas.
En la cena, por debajo de la mesa
ayer se enredaba baile y juego,
hoy hace frío, nada empieza;
dedos entumidos no saben de fuego.
Arriba en la cena el silencio es la guerra.
¿El amor? buscarlo tres metros bajo tierra.